H.M.C: Tema 8.-La Europa de entreguerras (1919-1939)

Tema 8.- La Europa de entreguerras (1919-1939)

La década que transcurrió entre 1919 y 1929 fue un período de profundos desequilibrios que desembocaron  en la crisis económica más grave de la historia contemporánea. En octubre de 1929 se hundió la Bolsa de Nueva York y el pánico bursátil se trasladó al conjunto de la economía de Estados Unidos. Debido a su peso internacional, y a las decisiones que adoptaron sus autoridades económicas, la crisis se extendió a la mayoría de los países del mundo a través del comercio y de los movimientos de capital.
Durante los diez años siguientes, conocidos como los de la Gran Depresión, la mayoría de las economías industrializadas experimentaron graves dificultades, como consecuencia del hundimiento de la producción y del paro, que alcanzaron porcentajes hasta entonces desconocidos. Al no existir prestaciones de desempleo, buena parte de los trabajadores quedó sumida en la miseria.
Para combatir las secuelas sociales y estimular la recuperación económica, muchos Estados pusieron en práctica políticas de ayudas hasta entonces consideradas negativas para la evolución de la economía. Así, en Estados Unidos se impulsó el New Deal, un programa intervencionista que proponía medidas de protección social y el aumento del gasto público. En Europa, las soluciones que se adoptaron  para luchar contra la crisis fueron tan dispares como la propuesta seguida por los países escandinavos, que puso los cimientos del Estado del bienestar, o la de la Alemania hitleriana, que introdujo una política autárquica.

Por otro lado, el triunfo de la Revolución soviética añadió un elemento de desestabilización debido al incremento de los anhelos revolucionarios del proletariado y del temor a la expansión del comunismo entre las clases conservadoras. Todo ello comportó en muchos casos la aparición de regímenes autoritarios y el retroceso de los democráticos.
En este contexto surgieron los movimientos fascista y nazi, que consiguieron el poder, respectivamente, en Italia (1922) y en Alemania (1933). Ambos se consolidaron como dictaduras totalitarias en las cuales el Estado controlaba todos los aspectos de la vida pública y privada. Su política exterior, de carácter agresivo e intimidatorio, se impuso a la de los Estados democráticos que, atemorizados ante la crisis económica y el miedo a la revolución social, se mostraron sumisos a la voluntad de los dictadores.
El rearme de Alemania y de Italia, y la aparición de una gran potencia expansionista asiática, Japón, condujeron al mundo hacia la Segunda Guerra Mundial.